domingo, 13 de septiembre de 2009

Carta a los estudiantes: "En Comunicación tomemos en dirección a la izquierda"

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Con nuestras posibilidades, en este tiempo seguimos consolidando un espacio en la Facultad que privilegió la discusión programática por sobre las personas, la unidad en la lucha por el edificio único, en la organización de clases públicas en medio de las movilizaciones docentes, en la participación permanente en los debates que se vinculan estrechamente con los intereses de nuestra carrera como fue el caso del Observatorio de medios o la ley de medios audiovisuales. Se
podrá estar o no de acuerdo con nuestras posiciones pero nadie puede negar que nos multiplicamos para estar a la altura de una crisis política y universitaria que necesita un debate profundo.

En este mismo sentido, preferimos no andar con eufemismos o ambiguedades, basado en nuestras creencias hablamos los temas por su nombre y a veces también por su apellido. Si hay acuerdo con reformar el Plan de estudios, en lugar de divagar acerca de la filosofía de la reforma,
proponemos, para que se discutan, ejes de reforma que hoy deben pasar, en primer término, por una adecuación general del cursado que es la cuatrimestralización total de la Carrera. Preferimos, por honestidad intelectual, arrancar desde este piso, como para plantear que una reforma siempre afecta intereses, pero esto no debe confundirse con derechos laborales o académicos adquiridos.
¿Alguien puede suponer a esta altura de la historia de la Facultad que vamos a permitir que una
reforma perjudique la situación laboral y académica de algún colega? Precisamente, quienes estamos más cerca de la gremial docente, seremos los que vamos a garantizar que todas las modificaciones que se realicen, incluidas las que deriven de concursos o de una carrera docente que auspiciamos, no afecten la actual realidad de los docentes de la Carrera.

En tono de confidencia, les comentamos cierto cansancio ante las declaraciones sobre las necesidades de reforma, sobre la duración de la carrera, sobre la currícula rígida, la creciente deserción, la caída de la matrícula y, al mismo tiempo, la ausencia de propuestas concretas al respecto. Ya presenciamos en anteriores elecciones a agrupaciones que para modificar la larga duración de la carrera proponían eliminar la Tesina o equipararla a horas de investigación. No creemos que la solución para reformar los aspectos negativos de la carrera sea la política del parche o el debilitamiento del grado. Ayer, fue crear maestrías para cubrir vacíos de la currícula de grado, hoy puede ser sacar la Tesina para no querer “tocar” el régimen de cursado. No nos olvidemos que la existencia del profesorado, que saludamos, ya habilita un egreso sin realizar la tesina. 
Lo que se necesita es reorientar el dictado y cursado con cátedras paralelas y seminarios que se hagan cargo de estos problemas para un sostenido apoyo pedagógico, de tal manera que los cientos de alumnos que ya están en condiciones de realizar su tesina puedan egresar sin convertir esta última etapa en una estancia crónica.

Decíamos también por entonces, ya en 2005, que la política comunicacional de la carrera no hacía
honor a los saberes transmitidos, saludamos en el 2007 que otros sectores se plegaran a la idea y la escribieran en sus propuestas, pero lamentablemente tenemos que balancear que nada ocurrió al respecto sino que incluso la revista académica de la Carrera languidece por la ausencia de una agresiva política de publicación y difusión.
La transferencia social del conocimiento, que producen estudiantes y docentes, no puede quedar
refugiado entre las cuatro paredes (cada vez más deterioradas) de nuestra Facultad. Proponemos que se reivindique la calidad de autor de los trabajos de los estudiantes inscribiéndolos en un sitio de consulta abierto a todos. Proponemos también que esos trabajos sean la base de publicaciones con alcance masivo y dirigidas a la sociedad.

Pero también para manifestamos con total sinceridad, nada de lo propuesto se consigue si no modificamos las actuales condiciones de la Universidad y de nuestra Facultad. Por todo esto, ya en el 2007 afirmábamos: ”habitualmente en la Facultad se cuestiona que las discusiones políticas son demasiado generales, que deberían limitarse a casos concretos, a problemas puntuales. Por eso se trata casi siempre de disociar lo académico de lo gremial, separar lo presupuestario de la lucha por la democratización, la formación en las aulas de la práctica profesional. Sin embargo, creemos, que resulta más honesto intelectualmente no realizar reclamos o exigencias acerca de los problemas que tenemos sin al mismo tiempo plantear cuáles son las soluciones reales, que incluye no solamente los puntos programáticos sino las tareas necesarias para que ese programa puede ser defendido y sobre todo impuesto. De allí que no sea un detalle menor evaluar trayectorias y coherencia a la hora de decidir representaciones, programas y candidatos. Veamos entonces algunos ejemplos. 

Cuando se sostiene una lucha gremial docente por mayor presupuesto y el salario para los miles de docentes ad honorem se está movilizando para crear mejores condiciones para la actividad académica y para que una probable y posible reforma del plan de estudios tenga los recursos necesarios y no se quede en un maquillaje de contenidos y de enroque de disciplinas y materias. Mayor presupuesto es la posibilidad de cátedras paralelas, de dinamismo en los concursos, de tecnología educativa que rompa con la inercia de las clases de ciencias sociales limitadas a la ancestral escena aúlica. No es un capricho cuando se discute la reforma del plan de estudios sentar las bases de un nuevo contrato pedagógico con dinero para la capacitación docente y mayor cantidad de becas estudiantiles.

La lucha por la democratización universitaria (representación, gobierno, instancias de deliberación) no es sólo el reflejo de intereses políticos hacia adentro de la universidad, es el intento, hasta ahora frustrado por el corporativismo, de ampliar las bases de la actividad universitaria. Se suele afirmar que no es un tema de la mayoría de los estudiantes y docentes. ¿Y acaso se pretende que lo sea si esa inmensa mayoría no está representada?

Algunos sectores, como crítica fundamental a la gestión de la Facultad expresan que “se limitan a
administrar la crisis y la miseria presupuestaria”, de esta manera la exculpan casi totalmente de la corresponsabilidad de dirigir la principal, numéricamente hablando, facultad de ciencias sociales del planeta. Se olvida que esta gestión cogobierna la universidad con puestos en su estructura ejecutiva (y hoy en una gran involución se pretende que el Gobierno nacional cogobierne la Facultad) Todo está relacionado con todo, menos democratización con interjuntas bianuales, menos democratización con comisiones de notables para diagnosticar la reforma de planes de estudio, menos democratización para la representación de estudiantes, docentes interinos y no docentes con asambleas universitarias postergadas y proyectos cajoneados, menos democratización con miles de docentes ad honorem.

Como todos sabemos es importante lo que pensamos, más importante lo que decimos pero sobre
todo lo que hacemos para garantizar aquello que decimos. De la declamación al hecho hay un largo trecho y muchos “ truchos” y oportunistas de última hora. Para justificar que no pueden hacer mucho, hablan de una Facultad de 26000 integrantes y de una carrera de casi 12000, pero esos miles existen también para movilizarse, protestar, organizarse y triunfar. En estas elecciones, más allá de lo que se declama hay que reflexionar sobre la coherencia entre el pensar y el decir, y, sobre todo, entre la palabra y la conducta.

Por todo lo expuesto proponemos como síntesis de nuestro Programa Político Académico 2005-2007-2009:

1) Profundizar los mecanismos democráticos de consulta, participación y decisión en el contexto del proceso de democratización universitaria

2) Avanzar en las relaciones de la Carrera con el Movimiento Social

3) Instalar a la Carrera como una referencia pública para los problemas del Campo del periodismo y la comunicación

4) Construir un diseño académico que integre más cátedras paralelas, vuelva trascendente para la comunidad académica el Concurso Docente

5) Reforzar los mecanismos de capacitación didáctica y pedagógica y el tribunal examinador, retome el problema del cursado libre, etc.

6) Discutir los objetivos estratégicos del Centro de Producción

7) Llevar a cabo una real política de medios de la Carrera con publicaciones de divulgación masiva y medios propios de difusión

8) Tratar la creación de áreas de intereses específicos que colaboren con la identidad histórica de la Carrera, como la comunicación alternativa, popular, comunitaria

9) Mejorar la articulación de las Maestrías con la Carrera de Grado

10) Generar los espacios necesarios para arribar definitivamente a una reforma del Plan de Estudios que exprese todas las reflexiones enunciadas anteriormente pero que comience como acordar grandes ejes de reforma que no vuelvan la currícula inviable o la duración de la carrera
demasiado extensa, como es el caso de la coexistencia de materias anuales y cuatrimestrales.
La cuatrimestralidad debe generalizarse

11) Recuperar instancias de consenso y deliberación como la asamblea interclaustros

12) Avanzar en la discusión de los próximos concursos, especialmente del claustro de auxiliares
que adoptarán un carácter totalmente abierto

13) Reforzar el lugar de la Carrera en el sistema de enseñanza superior de la comunicación y
el periodismo en nuestro país y en las redes institucionales que hasta ahora lo representan

14) Promover una consulta más amplia para la definición de áreas, temas y perspectivas
de las propuestas de los seminarios

15) Garantizar un cursado y un dictado en condiciones dignas (infraestructura, tecnología educativa, recursos docentes, posibilidades horarias, inscripción de los estudiantes)

Carlos Mangone, Buenos Aires, 2 de septiembre de 2009
La Comuna

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